
Creciendo en Gracia
ESF, mensaje de servicio del Día del Señor
2/23/2025
Creciendo en Gracia
Texto: Marcos 4:26-29
Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; 27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; 29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
Cada persona nace siendo un bebé. Pero dependiendo de cómo cada persona crezca, su vida se vuelve diferente. En términos de crecimiento físico, este detiene en cierto punto de la vida. Pero en las otras áreas de crecimiento como el intelecto, el carácter y la fe, pueden seguir creciendo hasta que muramos.
Cuando pensamos acerca de crecimiento, tendemos a enfocarnos en nuestro propio esfuerzo para crecer. Por supuesto, necesitamos esfuerzarnos para crecer. Pero el fundamento del crecimiento no es el esfuerzo humano, sino la gracia de Dios. Ya sea el crecimiento físico o el crecimiento de las otras áreas, no podemos crecer sin la gracia de Dios.
Entonces, ¿Cómo ayuda la gracia de Dios a nuestro crecimiento y Cómo podemos recibir la gracia para crecer?
La gracia de Dios obra más allá del entendimiento del hombre.
Aunque un agricultor hace varias cosas con una semilla, como sembrarla, regarla y fertilizarla, el no puede darle vida a la semilla. El ve la semilla brotar de la tierra y crecer, pero no entiende el secreto de la vida ni el crecimiento en ella.
La vida y el crecimiento de una semilla son misteriosos.
En 1539 el rey Henry VIII cerró un monasterio. En aquel tiempo, varios monjes vivian en el monasterio y permanecieron alli hasta su muerte. Tras su fallecimiento, nadie se hizo cargo de las plantas y hierbas en el monasterio. Hace unos años, algunos arqueólogos comenzaron a excavar el patio del monasterio. Encontraron semillas que habían estado inactivas durante más de 400 años bajo las rocas. Después de la excavación, las semillas fueron sacadas de las rocas y puestas en la tierra. Pronto las semillas volvieron a brotar a la vida. ¿Cómo pudieron las semillas conservar la vida en su interior durante tantos años?
Así como el crecimiento de la vida en la naturaleza es un misterio, también lo es el crecimiento físico y espiritual del hombre. No podemos entender todos los misterios de cómo Dios nos hace crecer.
Job 11:7-9 dice:
¿Descubrirás tú los secretos de Dios?
¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?
Es más alta que los cielos; ¿qué harás?
Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás?
Su dimensión es más extensa que la tierra, Y más ancha que el mar.
Si tratamos de entender todo en nuestro crecimiento, nunca obtendremos todas las respuestas. Desperdiciaremos nuestra energía y tiempo buscando preguntas sin respuesta. Deja que los misterios de la gracia de Dios para tu crecimiento sigan siendo misteriosos.
Esto no significa que no debamos estudiar y tratar de entender la verdad del crecimiento. Significa que, aunque estudiemos y tratemos de entender la verdad, también debemos reconocer los límites de nuestro entendimiento. Que significa que debemos ser humildes ante Dios quien trabaja para nuestro crecimiento con su infinita sabiduría y gracia ilimitada.
Incluso si no puedes entender cómo la gracia de Dios obra para el crecimiento espiritual de ti mismo o de otras personas, simplemente relájate y deja que las cosas misteriosas permanezcan misteriosas. No trates de ser un perfeccionista queriendo entender todas las cosas sobre tu crecimiento o el crecimiento de otras personas. Simplemente haz lo que puedas para nutrir tu propio crecimiento o el crecimiento de otras personas y deja que la gracia de Dios se encargue de todo lo demás.
Entonces, con el tiempo verás un crecimiento espiritual en ti y en los demás.
La gracia de Dios obra más allá de los esfuerzos del hombre.
Aunque un agricultor siembra semillas, cultiva y fertiliza la tierra,y riega la tierra, no puede hacerlo todo para el crecimiento de la semilla. El no puede dar vida a la semilla en sí misma, ni crear la tierra, la lluvia o la luz solar. El no puede hacer nada para hacer que la vida en la semilla brote. Se acuesta por la noche, se levanta por la mañana sin hacer nada para crear vida en la semilla, y sin embargo, la semilla da fruto por sí misma según su propio tiempo. Las necesidades esenciales para el crecimiento de la semilla no pueden ser satisfechas por el esfuerzo de un agricultor, sino solo por el poder de la gracia de Dios.
Por lo tanto, cuando recibimos la palabra de Dios en nuestros corazones, debemos depender de la gracia de Dios para nuestro crecimiento espiritual en lugar de depender de nuestros propios esfuerzos.
No significa que no haya nada que podamos hacer para crecer. Hay cosas que podemos hacer, y debemos hacerlas para crecer, asi como los agricultores hacen todo lo posible para ayudar a que sus semillas crezcan: meditando en la Palabra, orando constantemente, participando regularmente en la adoración y la comunión, alcanzando a las personas, cuidando de los demas con amor, etc.
Significa que no debemos tratar de controlar el contenido o la dirección de nuestro crecimiento segun nuestras propias medidas. Significa que debemos confiar constantemente en la gracia de Dios para nuestro crecimiento espiritual. Significa que no debemos estar orgullosos de nosotros mismos cuando vemos crecimiento en nuestras vidas. Significa que no debemos depender del talento o la sabiduría de ningún hombre, sino que dependemos únicamente de la gracia de Dios para nuestro crecimiento espiritual.
Cuando los creyentes de Corinto dependían de líderes famosos para su crecimiento espiritual, surgian conflictos entre ellos, Pablo les recordó esta verdad en 1 Corintios 3:5-7.
¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el
Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado
Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
Cuando veas algún crecimiento espiritual en tu vida, no te jactes de cuánto has orado, cuántas veces has leído la Biblia, cuán fielmente has asistido a todos los servicios y reuniones de la iglesia o cuánto te has sacrificado para servir al Señor. Jactaos solo de la gracia de Dios que verdaderamente te ha hecho crecer.
También significa que incluso si somos débiles y fallamos de vez en cuando, debemos estar seguros de que creceremos por la gracia de Dios. El crecimiento en la gracia de Dios obra tan poderosamente que se abre paso y supera todos los obstáculos. “Un árbol puede partir un pavimento de concreto con el poder de su crecimiento. Una mala hierba puede empujar su cabeza verde a través de un camino de asfalto. Nada puede detener el crecimiento de una vida. Así es con el crecimiento en el reino de Dios. “A pesar de la rebelión y la desobediencia del hombre, la obra de Dios continúa; y nada al final puede detener el propósito de Dios”
(William Barclay)
Ya sea que te sientas fuerte o débil, siempre depende del poder de la gracia de Dios. Incluso si has fracasado muchas veces, no te rindas en comenzar una nueva vida en la gracia de Dios. Sigue enfocándote en la misericordia de la gracia de Dios. Sigue dependiendo del poder de la gracia de Dios.
La gracia de Dios obra más allá del tiempo del hombre.
Hay varios pasos diferentes en el crecimiento de la vida de cada semilla: Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; (verso 28).
Si un agricultor espera fruto cuando la semilla apenas es un brote, se decepcionará o incluso abandonara la agricultura por completo. Pero si el agricultor sabe cómo esperar las diferentes etapas de crecimiento hasta que madure la semilla, no se decepcionará por el crecimiento lento y puede esperar pacientemente la cosecha.
1). Espera pacientemente.
El crecimiento de la vida espiritual es igual. Hay muchas etapas diferentes de crecimiento en la vida espiritual. Cuando recibimos la semilla del Evangelio en nuestro corazón, no debemos esperar resultados de acuerdo con nuestras propias expectativas. Debemos ser pacientes hasta que la semilla del evangelio en un corazón crezca conforme al tiempo establecido por Dios.
Si esperamos una mejora positiva en nuestras vidas segun nuestro propio horario, es posible que nos impacientemos con facilidad.
Se cuenta la historia de un productor de tomates que encontró la manera de “mejorar” su negocio. Recogia los tomates aun verdes y los colocaba bajo una luz artificial para que adquirieran un color rojo mas rapido. Esto le permitia venderlos antes, pero habia un problema: los tomates no sabían bien porque no estaban completamente maduros.
Hoy en día la gente no está acostumbrada a esperar pacientemente. La gente se impacienta cuando espera algo durante mucho tiempo. ¿Por qué esperar cuando todo está disponible de inmediato? Esa es la actitud de vida de muchas personas hoy en día. ¿Cuál es el problema con tal actitud? La gente se da por vencida fácilmente en la espera. Y pierden la oportunidad de crecer, que solo se obtiene a través de la espera paciente. Las personas se están volviendo superficiales y débiles en su carácter.
Un día, un padre visitó la universidad donde su hijo acababa de convertirse en estudiante de primer año. Fue a ver al presidente de la universidad y le preguntó si había un atajo por el cual su hijo pudiera terminar la universidad en menos de los cuatro años habituales. Quería que su hijo consiguiera un trabajo y empezara a ganar dinero antes. El presidente de la universidad dio esta respuesta: “Por supuesto que hay una manera; Todo depende de lo que quieras que sea tu chico. Cuando Dios quiere hacer crecer un roble, tarda varias décadas. Cuando quiere hacer una calabaza, solo tarda varios meses. ¿Quieres que tu hijo sea una calabaza o un roble?”
Si seguimos el horario de Dios, podemos ser pacientes, incluso cuando no vemos nada bueno según nuestras propias expectativas. Dios opera en la eternidad. Aunque sintamos y pensamos que nada bueno ha sucedido en nuestras vidas durante años, para Dios puede ser solo un instante. El Salmo 90:4 dice:
mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.
Hudson Taylor les diría a aquellos que querían ser misioneros en China que hay tres requisitos indispensables para un misionero:
#1. Paciencia #2. Paciencia #3. Paciencia
Aunque sintamos que la espera es demasiado larga, Dios nunca deja de obrar para cumplir las promesas de crecimiento que nos ha dado. A su tiempo, Él ciertamente nos traerá la cosecha.
Santiago 5:7-8 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. 8 Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.
Necesitamos aferrarnos a esta verdad del crecimiento gradual en la vida. Cuando tenemos paciencia para esperar los procedimientos adecuados de crecimiento, disfrutaremos de las maravillas del crecimiento y de los mejores frutos con el tiempo. Por lo tanto, en lugar de apresurarnos y presionar para que las cosas sucedan como esperamos, debemos esperar pacientemente el tiempo de Dios. Ten paciencia cuando el crecimiento sea lento. Espera el tiempo de Dios.
2). Persevera con esperanza por la cosecha.
Cuando un agricultor siembra una semilla en la tierra y se esfuerza por hacerla crecer, lo hace con esperanza, anhelando la cosecha. Sabe que la tierra no le mentira. Confia en que, si trabaja diligentemente y espera pacientemente, la cosecha llegará sin falta.
Gracias a la esperanza, después de hacer todo lo que esta en sus manos, no se dará por vencido. Él perseverara. Luego, en el momento de la cosecha, olvidara todo el arduo trabajo dedicado al crecimiento de la semilla. En ese instante, se regocijará con la cosecha. Muchas de las personas que superan obstáculos y alcanzan grandes logros son personas de gran resistencia.
*Hubo un general que perdió dos tercios de todas las batallas que libró en la Revolución Americana, George Washington. Pero ganó la guerra.
*Edison probó más de doscientos elementos diferentes antes de encontrar el elemento adecuado para usar en la bombilla. Más de doscientos fracasos antes de tener un éxito.
*En 21 años, Babe Ruth conectó 714 jonrones, pero se ponchó 1330 veces. Se ponchó el doble de veces que conectó un jonrón. Una vez dijo: “Nunca dejes que el miedo a poncharte te impida hacer un swing”.
*Un famoso novelista en Inglaterra, John Creasy, recibió 753 rechazos de editores antes de publicar su primer libro. Llegó a publicar 564 libros.
*R.P. Macy fracasó siete veces como empresario en el comercio minorista y luego abrió la tienda departamental Macy’s.
Cuando sembremos la semilla de la vida en el evangelio de Jesús, el tiempo de la cosecha seguramente llegara. Dios honra cada esfuerzo que ponemos en nuestra vida espiritual. Los sufrimientos, el trabajo y la espera mientras cultivamos la semilla del evangelio de Jesús nunca será en vano. Con el tiempo, Dios nos permitirá disfrutar de las maravillas del crecimiento en la vida real y del mejor fruto. Gálatas 6:9 dice: No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
No te desanimes si no ves las bendiciones visibles de inmediato mientras trabajas para el Señor y para los demás. Sigue sembrando la semilla del evangelio con esperanza, tanto en tu vida como en la de otros. Continúa cuidando de las almas con confianza en la gracia infalible de Dios.